Enrique Jaramillo
Enrique Jaramillo
Las obras presentadas son una vuelta al retrato, evadiendo los límites de la realidad en busca de nuevos simbolismos que son reflejados frente al personaje o dentro de él. Se trata de explorar lo que somos, nuestros recuerdos o nuestros deseos, lo que tenemos en la cabeza, lo que nos da vueltas.
Más que el interés por el retrato realista, la muestra avanza hacia una especie de retrato interior, en el que el sujeto se construye de elementos que lo conforman como complejidad.
Destaca el personaje con vestimenta formal en colores neutros, como simbolismo del trabajo y el esfuerzo diario, contando los minutos en su mente, a la espera de disfrutar de una escapada a la naturaleza como lo hacía de niño. Objetos que guindan, además de conformar la imagen y la personalidad, sirven para introducir el tema fundamental de estas obras: el tiempo como obsesión. Relojes y carros de otras épocas quedan como intento de retener el tiempo, para atraparlos en el instante.