Sara Rayo

En mis trabajos más recientes, emergen formas misteriosas como hojas, mechones de cabello, fibras musculares sobre fondos y superficies monocromáticos o coloreados. Al cortar a mano y doblar la superficie de manera orgánica, revelo varias capas o niveles, el interior, el secreto de nosotros mismos. Un espacio secreto detrás de la superficie que crea una tercera dimensión detrás del pliegues. La superficie parece ahondar en el interior del papel convertido ahora en escultura. Mi principal inspiración proviene de las formas geométricas de la naturaleza, diatomeas, flores, frutas y hojas.

La proporción áurea y otras formas geométricas aparecen en todo nuestro mundo y es infinitamente inspiradora y majestuosa. Al encontrar estas formas en la naturaleza, me siento impulsado a crear mis propias criaturas basadas en la belleza de la geometría de la naturaleza. A través de las capas de mi trabajo, que se entrelazan entre sí, hay una búsqueda constante de geometría, patrón, caos y perfección.
Hay una tensión poética entre lo orgánico y lo caótico, la agudeza y la precisión, pero de nuevo hay una serenidad contemplativa al mirar cada interior, al mirarnos a nosotros mismos. O cuando nos abrimos a otras personas, extraños e incluso seres queridos. Existe una belleza entre nosotros como seres humanos y nuestra composición geométrica, incluso atómica.